Tengo ganas de caminar lento,
como si no existieran los relojes
ni tampoco los calendarios.
Caminar lento y cerrar los ojos,
sintiendo el aire en el rostro
mientras sigo avanzando,
primero un pie, después el otro,
sin un rumbo establecido
pero con la secreta intuición
de que caminando se llega
tarde o temprano a alguna parte.
lunes, diciembre 12, 2016
Caminar lento
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