sábado, julio 15, 2017

Territorio mítico

Leo que alguien dice por ahí que un poeta
debe establecer un territorio mítico;
y sería razonable preguntarnos
qué diablos se supone que quiera decir eso.
Sin embargo yo prefiero cuestionarme
si en verdad puedo pensarme poeta.
Es verdad que suelo andar cansando palabras
en forma de versos de pretensiones diversas,
que es lo que suelen hacer los poetas.
Pero no se trata de escribir versos solamente.
Entonces leo otra vez: alguien sostiene que
el poeta establece territorios míticos...
¿Situados tal vez fuera del tiempo?
¿Poblados por personajes de corte divino o heroico,
o representativos de algún aspecto universal
de la humilde condición humana?
Yo no sé si mis modestos versos
tendrán algo que ver con todo eso.
Pero entiendo que ser poeta se ubica
más allá del hecho de escribir palabras.
Se me hace que es poeta quien traduce,
sea en versos o de cualquier otra manera,
algo de la belleza y las angustias del mundo.
Yo he escrito muchos versos, es verdad.
No sé cuántos de ellos tengan realmente algún valor,
si alguno llegará a aproximarse siquiera al
incierto umbral de lo que merece ser recordado.
Pero tampoco sé, en definitiva, si tal sea el sentido
que uno debería perseguir para lo que hace.
Lo cierto es que allí están esos versos,
salidos vaya uno a saber de dónde,
y dudo si alguna vez serán apreciados,
si alguien creerá que algo tienen de poéticos,
y mucho menos si creerá que ellos constituyen
algo parecido a un territorio mítico.
Y qué será eso de los mitos, me pregunto.
Tal vez un desprendimiento de una realidad
que de un modo u otro nos resulta insuficiente,
y por eso nos vemos compelidos a escapar de ella,
a buscar otras dimensiones, acaso más amplias,
otras bases, otras estéticas, otras verdades.
El mito en definitiva no es sino la representación
de un mundo sutilmente distinto en el cual
a veces nos gustaría extraviarnos.

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