martes, agosto 07, 2018

Reflexiones

Leo: "Cada quien es el último testigo de cosas, hombres, vivencias, que desaparecerán ineludiblemente con él, pues después ya no habrá nadie más que los retenga en lo real. Un pasado que ya no sea recordado no existe. De este modo la realidad se desliza fuera de la realidad. Y sin embargo no se puede decir que el desierto crezca, pues surge nueva realidad allí donde la antigua se escurre y desaparece sin remedio."

Pienso que esto último no me sirve de consuelo. Y también que sólo necesita consuelo quien espera algo diferente de que le es posible alcanzar. De modo que simplemente soy tonto. Además de ignorante. Hombres fáusticos, eso somos. Me pregunto si serlo -o si hacerme tantas preguntas- estará inscripto en nuestra naturaleza. O si será posible hallar otros rumbos.

Hay una nube en el cielo.
Una hermosa nube
que se recorta con nitidez
en el fondo de un cielo límpido.
A los pocos minutos se desvanece.
La nube persiste en mi recuerdo un tiempo,
algunas horas, algunos años.
Finalmente también el recuerdo se desvanece.

¿Cuál habrá sido el sentido de la existencia de aquella nube, que curiosamente no llegó a plantearse nunca el sentido de su propia existencia? Y si yo no hubiese levantado la vista al cielo aquella tarde, y nadie más la hubiese visto... ¿la nube así y todo hubiese existido? ¿Hay manera de saberlo? Acaso hubiese habido de todos modos nube. Pero no sentido, ni tampoco preguntas, ni recuerdos, ni palabras.


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