sábado, febrero 02, 2019

Sin título

El mundo en ocasiones es tan bello
que dan ganas de llorar.
La incomprensible vastedad del cielo
o de los mares, o un ave que vuela,
o una simple hoja balanceándose
en la punta de una rama
movida por el viento.
Cualquiera de esas imágenes
es digna de conmovernos
hasta las lágrimas.

Algunas veces el mundo es tan bello...
Pero no. En verdad el mundo no es bello.
El mundo ni siquiera es mundo
sin una mirada que lo convierta en eso.
En la soledad del desierto,
allí donde no hay ni un alma,
no existe belleza ninguna.
Es nuestra mirada la que crea
la belleza del mundo, al atestiguarla.

Entonces, ¿para quién escribo
todas estas palabras?
¿Lo hago acaso para mí mismo
o para vos, alma callada?
Para dar testimonio de tu vida
y que vos le des belleza a la mía.

No hay comentarios.: