martes, junio 25, 2019

Aunque parezca un juego de palabras, no soñar nada es muy diferente a soñar con la nada

Anoche soñé una vez más con la nada.
Si me preguntaras cómo es esto
probablemente te diría que
es algo difícil de explicar.
Es como tener de repente la certeza
de que después de la muerte
nos espera exactamente eso:
ni más ni menos que la nada misma.
Un final absoluto y definitivo.
Se me ocurre decir que también absurdo.
Ni alma, ni dioses, ni trascendencia, ni espíritu,
y por supuesto, entonces, tampoco un sentido.
Es como si una angustia sin forma
se te metiese de pronto en el alma...
Nada de lo que hagas podrá salvarte.
Aunque por otra parte, también tuve una idea:
Si nada hay después, tampoco hay reglas.
Cualquier cosa que queramos hacer es lícita
puesto que estamos vivos, ni antes, ni después.
Tal vez el único sentido posible esté en el ahora.


No hay comentarios.: