sábado, junio 29, 2019

Ciudades

Podría ser en Roma,
O en París, o acaso en Praga.
Este mismo amanecer.
Este mismo resplandor entrando
de manera tenue por una ventana.
Podría ser cualquiera de esas ciudades
o quizás Dublin, Hamburgo, Brujas,
e inclusive Buenos Aires.
Sabremos qué hay detrás de las cortinas
que cubren las ventanas más tarde,
cuando salgamos a caminar en busca
del Café de la Paix, o del Parque Minnewater.
Pero hasta entonces el mundo es esto,
esta tenue luz, este silencio,
el roce de las sábanas sobre la piel,
y el calor de tu cuerpo desnudo
acurrucado junto al mío.
Podría ser cualquier ciudad del mundo,
pero no hay un lugar en el universo
en el cual yo prefiera estar
más que en este preciso espacio
en el cual los dos estamos ahora mismo,
ni ningún amanecer más hermoso
que aquel que me encuentre a tu lado.

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