jueves, enero 23, 2020

Evoluciones del tiempo

Si hago un poco de memoria
aún recuerdo aquellos días
en que yo era un niño
y los relojes
regulaban su marcha a un ritmo lento.
Las mañanas y las tardes
y también las noches
transcurrían pesadamente,
sin prisa ninguna.
Después un día,
sin previo aviso,
sin que al principio nos
diésemos cuenta siquiera,
el tiempo comenzó a acelerar su paso
los días y las tardes y las noches
se hicieron más breves
y el futuro, otrora lejano e improbable,
asomó en la esquina
caminando a paso firme hacia nosotros.

Y sin embargo
todavía hoy hay tardes
en que mi mano roza tu mano
y el cielo simplemente se detiene
al menos por un rato,
mientras las nubes y unos pájaros
pasean en lo alto
y una brisa tenue aplaca levemente
el rigor de un verano intenso.
La paz es esto, te digo entonces,
casi entre sueños,
Y vos murmurás algo,
como asintiendo,
tu mano junto a la mía,
y es algo tan parecido a la felicidad,
y el tiempo durante un rato ya no importa.



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