viernes, enero 03, 2020

Sueño 200103 - De llaves, misterios y olvidos


Estoy comenzando a darme cuenta de que mis olvidos vienen ganando paulatinamente terreno. Es verdad, y no ganaría nada con negarlo: cotidianamente olvido cada vez más cosas. Aunque a decir verdad debería mejor escribir "ciertas cosas", porque no sucede del mismo modo con todas ellas. Todavía no llego a identificar un patrón que conecte mis olvidos. Pero no cabe duda en cuanto a algo: la memoria es selectiva y va creando realidades, al mismo tiempo que descarta otras. Somos lo que recordamos, y aquello que no recordamos es, por el contrario, como si jamás hubiese existido.

Soñé que viajábamos en colectivo, vos y yo, y también estaba Martin Wullich. En cierto momento me llamó la atención una llave que estaba tirada en el suelo, hacia un costado de la puerta de descenso trasera. Instintivamente me agacho y la levanto. Hay algo en ella que me resulta familiar. Llevo una mano a mi bolsillo y saco las llaves de mi casa, las comparo, y entonces me doy cuenta: la llave que acabo de encontrar es idéntica a una de las que tengo en mi propio manojo. Me pregunto cómo será esto posible, de qué clase de extraña coincidencia se trata. Y también, por supuesto, me pregunto cuáles serán las cerraduras, colocadas en quién sabe qué puertas, que cederán el paso ante la acción de estas llaves. Porque aquí hay un detalle: esta llave que yo tengo, la que ya estaba desde antes en mi manojo... simplemente no recuerdo a qué puerta pertenece. No la he descartado por las dudas, por si acaso, pero sinceramente desconozco cómo, cuándo o en qué circunstancias ha llegado a mis manos. Y ahora esta segunda llave, idéntica... La llave en sí misma encierra, sin duda, un simbolismo: es un elemento que ofrece el acceso a algo que permanece cerrado, y por lo tanto oculto. Es como una respuesta a una pregunta que en este caso se desconoce, pues tenemos la llave, más no la cerradura que ella podría abrir. Menudo misterio. Y con todo, lo verdaderamente interesante de todo esto es que afuera del sueño, en esa dimensión que identificamos como la realidad, colgada de verdad en el portallaves, al costado de la puerta de entrada de mi departamento, hay en efecto una llave que no me atrevo a descartar. Pero no logro recordar ni cómo, ni cuándo, ni en qué circunstancia es que llegó hasta allí.

No hay comentarios.: