Revisando viejos escritos, me topo con esta poesía, firmada en diciembre de 1989 por alguien que decía llevar mi mismo nombre. Intento recordar en qué circunstancias fueron escritas estas palabras y realmente no lo logro. Pero todavía siento estas palabras como mías, actuales a pesar del tiempo transcurrido desde que fueron escritas (más de veinte años... ¿adónde han ido a parar todos esos días con las alegrías, tristezas y esperanzas que albergaron?), y entonces me decido a ceder al impuso de dejarlas aquí, acaso sin ningún objetivo.
A las puertas del delirio está
el silencio
de una noche extraña,
la soledad,
y todo aquello que no se comprende.
Los recodos del destino
(si es que acaso el destino existe)
son oscuros e insospechables,
y es allí en donde nacen
y se quiebran los sueños.
Señor, yo sólo te pido
que la próxima vez
Romeo se retrase unos minutos,
o bien que Julieta despierte
a tiempo;
porque el universo de los hombres
es muy frágil
y se desmorona demasiado fácilmente.
lunes, febrero 21, 2011
Epílogo
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1 comentario:
habrás ido a ver Romeo y Julieta en esos días?
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