jueves, agosto 22, 2013

Puentes


"El verdadero milagro de la vida no es encontrarse uno mismo, lo cual después de todo no dejaría de ser una paradoja. Lo importante es encontrarse con alguien, a través de esos efímeros puentes que algunos suelen tender dentro de este mundo de islas. Puentes efímeros, porque duran muy poco, y tal vez estén hechos de la misma materia con la que se tejen los sueños. Pero cada tanto, en medio de esa horrenda soledad que es la vida, uno a veces llega a un puente. Un puente que puede haberse tendido con afecto o con amor, en este mundo en el cual casi todas las citas y casi todos los encuentros son fallidos, en donde casi todo consiste en ir hasta esquinas a las cuales nadie acude nunca. La vida suele ser eso: ir a buscar... y no encontrar. Pero alguna que otra vez, como flechas luminosas en medio de la noche, uno llega a una esquina, tal vez sin siquiera habérselo propuesto, y hay alguien. Cuando eso sucede, vale la pena festejar ese pequeño puente que se nos ha ofrecido. Porque muy pocas veces en la vida de un hombre, acaso apenas una, pasa cerca un centímetro cúbico de suerte, y solo la pescará quien esté atento. A la mayoría de nosotros nos toca apenas un cachito de suerte en la vida, y el peor de los pecados es dejarla pasar. Hay que estar muy atento a las señales, atento a las citas, que se cumplen pero son escasas; atento a los sueños, que se dan pero siempre son pocos.”
(Sobre un monólogo de Alejandro Dolina)

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