martes, febrero 02, 2016

Excalibur

La espada hiere la piedra.
A decir verdad, ya no la hiere,
pero permanece incrustada en ella,
evitando que la encarnada herida cierre.
¿Habrá quien pueda retirar el viejo acero?
¿Podrá alguien llegar y con solo una mirada,
una caricia, una plegaria, un silencio, un beso,
revertir todo el dolor de las cosas que no fueron?
¿Renovar la razón de la mucha vida que aun queda?
¿Hacer que vuelva a salir el sol, compartir un ocaso?
Imagino entonces tus ojos, y me pregunto
qué sucedería si fueses vos esa persona,
de quien hasta aquí todo desconozco.
Ni siquiera sé cuál sea tu nombre
ni adónde podría encontrarte,
como no sea en mis sueños.
Y pese a todo deseo decirte
que no quisiera yo perderte
antes de haberte encontrado.

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