jueves, mayo 19, 2016

Constelaciones familiares

Le pedí un poco más de tiempo.
No estaba preparado para la despedida.
Aunque después uno se da cuenta:
hay despedidas para las cuales
jamás jamás jamás estaremos preparados.
Pero mientras tanto...
al menos un poco más de tiempo.

Se lo pedí a él, que no podía escucharme,
que nunca va a saber cuántas palabras le dije 
mientras estaba en el filo entre la vida y la nada, 
aunque intuyo que en el fondo lo sabe.
Y también se lo pedí al cielo en la noche, 
a eso a lo cual los creyentes llaman Dios, y uno, 
carente no de esperanza aunque sí de certeza,
sospecha que no puede ser llamado
de ningún modo, pero acaso sí invocado:
solamente un poco más de tiempo,
un poco más de tiempo.

Hoy él cumple ochenta años.
Esta noche lo celebraremos juntos.

Curiosamente hace un rato se me apareció
en un sueño, en el cual recibíamos
al ángel que nunca logró llegar, 
a ese ángel que no fue posible retener, 
que tiempo no tuvo ninguno, y sin embargo 
vive de alguna manera dentro de mí.

Hay muchas preguntas
que no tienen ninguna respuesta.
Jamás jamás jamás estaremos preparados.
Será por eso que escribo.
Para que mientras tanto haya algo.

No hay comentarios.: