Nuestro gran problema, humildes mortales como somos, es que la vida, al menos hasta donde sabemos, es una sola. Y pese a eso intuimos que nuestro potencial nos permitiría llevar adelante varias vidas diferentes, muchas veces incompatibles una con la otra. Por eso en ciertas ocasiones pareciera que somos contradictorios. Pero no se trata de contradicción, sino de pasión. La pasión que desborda ante la contemplación de una vida demasiado breve, que se nos escapa de las manos en el preciso momento de estar escribiendo o leyendo estas mismas líneas.
martes, febrero 12, 2013
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario