sábado, febrero 23, 2013

Mahler

Escucho pasajes de algunas de las sinfonías de Gustav Mahler, se diría que casi al azar. Me pregunto cómo es posible que esta música alguna vez me haya parecido pretenciosa y oscura, cuando en este momento la percibo rebosante de una belleza indescriptible. Es evidente que la sensibilidad no es algo invariable, y que está regida por reglas que no son establecidas por la razón. Y está muy bien que así sea. Lo que entonces nos pareció pretencioso y oscuro, nos lo pareció de manera sincera. Lo que hoy nos resulta maravilloso, también. Sincerarnos con nuestra emoción y acercarnos a lo que nos hace bien en el momento indicado nos permitirá sacar lo mejor de nosotros mismos en el contacto con esta magia.

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