domingo, mayo 19, 2013

Cuatro personajes ficticios para una historia breve basada en hechos cotidianos

Un pensador alemán, un filósofo japonés, un teólogo libanés y un politólogo argentino se encuentran una tarde en un bar de Marsella para debatir sobre la vigencia de las ideas de Heidegger en el contexto sociopolítico de Africa del Sur en la segunda mitad del siglo XX. Ninguno de los cuatro conoce el idioma de los otros tres, ni tampoco ningún otro lenguaje en común que puedan utilizar para conversar entre ellos. Tampoco los asiste ningún traductor. A nadie le debería extrañar, en semejante contexto, que estos cuatro no logren entenderse, ni mucho menos puedan construir acuerdos, vislumbrar coincidencias, generar un intercambio de ideas sano y constructivo... Lo curioso, en todo caso, lo que realmente cuesta entender, pero también lo interesante del caso en cuestión, es que ninguno de estos cuatro alcance a comprender realmente cuál es el motivo por el cual esos otros tres necios que tiene delante no logran asimilar los argumentos tan razonables que él ha estado exponiendo en vano durante horas.

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