sábado, diciembre 23, 2017

Not a perfect day

Lou Reed resuena en mi cabeza:
It's such a perfect day...
El rugido de la motocicleta me trae de regreso
y de repente comprendo
que estoy yendo peligrosamente rápido
justo cuando un acoplado adelante
se acerca con gran rapidez
y freno a tiempo,
pero la inquietud crece
dentro de mí como un monstruo.
Estoy descontrolado.
Y tengo miedo.
Anoche fui a un recital.
Cantaban varios amigos,
mi hija tocaba el piano,
mucha gente querida, y yo en silencio
reía y lloraba al mismo tiempo.
Ahora llueve otra vez.
Una tormenta salvaje, como una metáfora.
A veces me siento un maldito loco,
y es como si en realidad
esta tormenta naciera de mí,
de mi cabeza, de mi alma, de mi angustia.
De nuevo la voz de Lou Reed,
it's such a perfect day...
Entonces ocurre de nuevo:
todo este tiempo desperdiciado
me empuja a desear liquidar lo que reste
en un repentino derroche,
en una explosión que
justifique de algún modo haber sido,
y al menos tener una salida,
un fuera de escena que deje
un recuerdo memorable.
Y después me digo que no,
que no, que no, que no.
Que estoy siendo un completo cretino.
Pero entonces, pero entonces...
Estoy muy acelerado, como si fuese
una motocicleta fuera de control.
De pronto es la misma tormenta de antaño,
como antes, en otro tiempo,
pero esta noche, ahora.
Me detengo.

No hay comentarios.: