lunes, diciembre 04, 2017

Ataque de pánico

Hay un vacío enorme allá en el frente,
apenas unos metros más adelante.
Aunque puede que en realidad
ese vacío esté aquí, adentro del pecho,
justo donde solemos pensar el alma.
Y entonces saltar, saltar, saltar...
Saltar se convierte de nuevo,
una vez más, como antaño,
en una posibilidad peligrosa,
en una alternativa tan fatal como sencilla.
Tal vez por eso permanezco inmóvil.
Para no caer en la tentación.
Para permanecer vivo.

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