sábado, julio 28, 2012

Mejoría

Aquel muchacho
lo imagino algo desalineado
un poco rebelde tal vez
bastante problemático
acaso algo inmaduro
aquel muchacho, decía,
no sabía manejar sus emociones
cuando la angustia lo superaba
se despertaba gritando
en medio de la noche
como un desquiciado
se tiraba al piso
se orinaba encima
o golpeaba su cabeza
hasta aturdirse
o hasta hacerla sangrar
un poco.

Luego se detenía
porque con eso alcanzaba
porque era suficiente
para ahuyentar
los fantasmas
de su mente.

Un día lo trató un médico
quienes lo querían bien
le ofrecieron consejos
él mismo reflexionó
tomó unas pastillas
maduró, escuchó, hizo caso.

Hoy todavía tiene angustias
no logró a pesar de todo
que las cosas le resbalen
como su médico pretendía
y como él mismo hubiese deseado
pero ya no grita como antes
ni se hace más encima
ni golpea su cabeza
hasta hacerla sangrar
y la gente que lo quiere
lo aplaude y se alegra
viendo cuánto creció
lo mucho que maduró
lo bien que ahora
parece estar.

Lo que nadie logra ver
es que su cabeza todavía
sangra debido a la angustia
sólo que ahora
sangra por dentro
y él ya no sabe cómo
espantar los fantasmas
aliviar eso que siente
entonces escribe poemas
sin demasiado sentido
poemas que nadie leerá
que hablan de otras gentes
que sufren por allí
gentes que no existen
lo mismo que él.

Pero ahora
que ya no golpea
su cabeza
contra nada
ya no sabe cómo
liberar su angustia.