jueves, julio 12, 2012

El tiempo, ese inconstante...


¿Cuánto dura el presente? ¿Durante cuánto se extiende ese inasible momento en el cual vivimos, respiramos, amamos, sufrimos, tragamos, eyaculamos, esperamos, desesperamos, gritamos, pensamos, nos preguntamos cosas sin sentido como esta? De seguro el presente no es el día que transcurre, pues con el paso de un solo día son muchas las cosas que suceden, y ya por la tarde anotamos como parte del pasado aquel beso que dimos por la mañana, ese mal paso que dimos al mediodía, aquel otro al cual no nos atrevimos. ¿Durará el presente una hora, acaso?... ¿Solamente media, tal vez?... ¿O apenas un minuto, ese que en ocasiones marca la diferencia sutil pero definitiva entre la vida y la muerte? ¡Ay, si Romeo hubiese llegado un minuto más tarde apenas, hubiese encontrado a Julieta despierta y ninguna tragedia hubiese tenido lugar!... O por lo menos no esa tragedia, la que imaginó Shakespeare, que otras seguramente habrán podido suceder.

Regresando a la cuestión del presente sobre la cual estábamos reflexionando ("estábamos"; hasta eso ya es parte del pasado), lo cierto es que por mucho que nos esforcemos siempre podremos partir por dos ese segmento impreciso de tiempo que constituye el ahora. Un minuto, medio minuto, quince segundos, un segundo tan solo, una décima de segundo, que marca la diferencia entre el triunfo y la derrota de un corredor, una centésima... Nos asombraría saber la cantidad de cosas que pueden suceder en el mundo subatómico en el transcurso de la millonésima parte de un segundo cualquiera. Por pequeña que sea la fracción de tiempo que decidamos considerar, siempre podremos partirla en dos. Con lo cual, hasta es posible que eso que llamamos presente en definitiva no exista.

Tal vez en verdad el presente sea sencillamente el impreciso momento en el cual el futuro (que tampoco existe, pues por definición es lo que aún no ha sucedido) se transforma en pasado (que por cierto tampoco existe, pues por definición es lo que alguna vez estuvo pero ya no está más). Y sin embargo, el presente transcurre, como transcurre el tiempo, como transcurre la vida. Evidentemente hay en alguna parte un error en nuestra apreciación de las cosas. Y sin embargo, la vida sigue, a pesar de ello.

No hay comentarios.: