Mira a tu alrededor. Todo eso que está allí, al alcance de tu vista, o casi todo al menos, seguirá estando cuando tú ya no estés para verlo. Pero no te sientas por ello inferior, ni tampoco insignificante. Porque todo lo que ves, o casi todo, correrá tarde o temprano la misma suerte. A la larga, no hay nada que pueda rescatarnos del olvido.
(En realidad, la reflexión no tiene por qué ser necesariamente pesimista: quien nada tiene, nada tiene que perder y es en consecuencia absolutamente libre.)
P.D.: Diez años más tarde, releo este pensamiento (¿pueden leerse los pensamientos?) y me doy cuenta de que bien podría convertirse en un poema. Algo así como...
Mira a tu alrededor.
Todo eso que está allí
al alcance de tu vista
o casi todo, al menos,
seguirá estando cuando
ya no estés para verlo.
No te sientas por ello inferior
ni tampoco insignificante
pues todo lo que ves
absolutamente todo
correrá tarde o temprano
la misma suerte.
A la larga, no hay nada
que pueda rescatarnos del olvido.