domingo, julio 15, 2012

Pandora

He fracasado en todo.
O en casi todo, y es casi lo mismo.
Hoy ha vuelto a salir el sol
...por el este
...por el norte
...por el sur
...por el oeste
Sol de utilería
que no conoce su rumbo
ni es capaz de ahuyentar las sombras
de la noche que se encarnan
en el alma.

He fracasado en todo.
O en casi todo.
Hasta en aquel torpe intento
por acabar conmigo mismo.
No soy más que el triste despojo
de aquello que alguna vez
soñé que un día sería.
Y hoy no tengo siquiera
la convicción suficiente para
dejar de ser de una vez por todas,
para apurar esa hora final en que
no seré más que olvido.

Esa hora llegará para todos,
menudo consuelo,
por más que nos empeñemos
en conseguir lo contrario.

Necesito una esperanza.
Tal vez será por eso que ahora
me topo con esta caja que
bien podría ser la de Pandora.
Pero no. Es tan solo una caja
con recuerdos de infancia.
Vaya a saber uno de
dónde habrá salido.

La abro.
Hay aquí dentro
una pequeña rana de lata
que salta cuando se le da cuerda.
Hay también un cañón de juguete
y unas cuantas cebitas
que nunca han sido usadas.
Hay varios autitos de colección,
tan bien cuidados que parecen nuevos,
y un viejo oso de peluche
que seguramente alguna vez
habrá ahuyentado
los miedos propios de la noche
y hoy da un poco de pena
con sus ojos de botón y su costado raído.

Y hay finalmente un cuchillo,
que al parecer jamás fue estrenado.
Un cuchillo prometedor y amenazante
cuyo filo podría cortar fácilmente
cualquier cadena de sueños rotos.

No hay comentarios.: