martes, enero 26, 2016

Lo indecible

De un tiempo a esta parte
vengo hablando dormido.
Lo sé porque me lo han dicho,
pero también porque
yo mismo me escucho a veces
balbucear durante la noche
incomprensible
en medio de la oscuridad.
En realidad es eso:
básicamente un balbuceo,
jamás palabras claras
ni un discurso definido,
pero allí está esa necesidad
casi compulsiva por hablar
que vuelve una vez y otra y otra.
He llegado a la conclusión de que
en la legítima lucidez del sueño
lo que hago es buscar palabras,
esas palabras inefables,
que todavía no existen
y no han sido pronunciadas jamás
que me permitan decir de algún modo
aquellas cosas que de otra manera
permanecerán eternamente en silencio.
Ah, la angustia de que no existan palabras
que permitan manifestar lo indecible...

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