Vendrá la muerte a buscarme
y acaso tendrá tus ojos.
Y de tener la muerte tus ojos,
a ella me entregaré mansamente.
Gracias por lo mucho que me diste.
Perdón por no haber podido entender,
por no haber sabido explicar,
por no haber sido capaz de
ofrecer más de lo que logré darte.
¿Es acaso débil quien admite
ser tan frágil que su vida puede
pender de un hilo tan tenue
como la ilusión de amar y ser amado?
¿Es acaso cobarde quien libremente decide
renunciar a todo para ya no soportar
las miserias propias de un amor
que ya no puede ser correspondido?
"Hasta pronto", dijo.
En ese instante no supieron que esas
iban a ser las últimas palabras que se dirían,
por nunca jamás.
lunes, enero 20, 2014
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
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