martes, junio 07, 2016

Sin título II

"Yo no estoy loco"
es una frase que no dice nada,
ni siquiera lo poco que dice.
Porque todos los cuerdos manifiestan lo mismo,
y otro tanto aseguran también los dementes,
esos que dicen ser Bonaparte
y van al ataque de imaginarios gigantes
movidos por el viento.

"Yo sí estoy loco"
es en cambio una sentencia
mucho más interesante,
pues si alguien está trastornado
y lo reconoce, expresándolo abiertamente,
con ese sencillo gesto demuestra
un enorme resto de lucidez
impropio para un demente, por cierto.
Y si lo dice un cuerdo, bueno,
la contradicción es evidente,
algo funciona mal en la cabeza
de ese hombre que es cuerdo y no lo sabe,
o lo sabe y se rebela ante tanta cordura,
no sea que al final ella lo
termine enloqueciendo.

Pero después de todo,
¿cómo podría alguien saber
si está o no está en sus cabales?
¿Quién es el que define qué cosas?
¿Cuál es el parámetro para comparar?
Lo que se sabe es que hay algo distinto,
algo que no termina de encajar
por mucho que se intente.
Algo así como una marca en el suelo
que se salta con los dos pies juntos
pero que es al mismo tiempo un abismo.

Entonces alguien tiene que decirlo:
cuando alguna cosa no encaja
o con total evidencia está
.                         afuera de lugar
generando una desarmonía
son siempre al menos dos
las notas discordantes:
puede ser uno quien esté mal
o puede estar insano el mundo.

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