domingo, junio 26, 2016

Tiempo

Alguien, en realidad no importa quién, pero si nos preguntaran diríamos que su nombre es Alan Souto, un muchacho que supo ser alumno mío hace algún tiempo, escribe en alguna parte una serie de palabras en apariencia sin sentido, o por lo menos con ese sentido elusivo que a veces tienen las palabras cuando en realidad no se proponen decir nada esencial: "El tiempo no existe", comienza ese texto. Y si ese comienzo nos atrae es porque justo un momento antes hemos escrito la palabra "tiempo" en otro lugar. Así la hemos escrito, suelta y sin ningún motivo aparente. Y la coincidencia es demasiado poderosa como para no tenerla en cuenta.

"El tiempo no existe. No hay un hoy ni un mañana. El tiempo es un espejo de mil facetas. Un laberinto cuyo centro es un laberinto, con un laberinto en el centro, donde se guarda un laberinto lleno de espejos. ... El tiempo no existe. Sólo el vacío y la noche. Siempre la noche yaciendo en el centro del laberinto de la tierra."
El tiempo no existe. No hay un hoy ni un mañana. Intuimos que algo de verdad se esconde detrás de esas palabras. Pero también algo de absurdo, porque hay el tiempo en el cual leemos estas palabras, y también el tiempo en el cual escribimos estas otras. Y sin embargo, en esta tarde colmada de melancolía, pensar que el tiempo en realidad no existe es algo que de alguna manera nos ayuda a seguir viviendo. Vale decir, es algo que nos ayuda a seguir transcurriendo nuestro limitado tiempo.

1 comentario:

Hugo dijo...

Es cierto. El tiempo no existe. Una especie de tácita convención instaurada en nuestra educación. "Ayer, tal cosa"."Mañana, tal otra".
Y así lo incorporamos a las reglas que rigen nuestro pensamiento, nuestra vida.
¿Podemos imaginar nuestra vida con la rotunda convicción de que el tiempo no existe tal como lo sentimos?
Si nos observaran desde un astro distante 2000 años-luz de la Tierra, por el telescopio verían a Jesucristo adolescente.
Para ese observador la realidad es ésa. No concibe otra.
Para nosotros la realidad es "hoy".
Que frágil todo...