miércoles, junio 15, 2016

Sueño 150612

Sueño de  nuevo con ascensores... 

París. Francia. Siguen los atentados terroristas contra quienes no son musulmanes. Algunas personas proponen acciones pacíficas, como ocupar las mezquitas en silencio. Otros son partidarios de ideas más drásticas, como eliminar a quienes se identifiquen con el Islam, ya sea deportándolos o directamente matándolos. Hay una enorme cola de gente que espera en la calle; no estoy seguro, pero imagino que acaso tenga que ver con un homenaje a las víctimas de los últimos hechos de violencia. Ahora estoy de regreso en mi hotel. Habrá un acto al cual debo asistir, pero de pronto me doy cuenta de que tengo en mis manos dos cuchillas de cocina que olvidé dejar en su sitio. Mientras las escondo entre mi ropa pienso que no puedo entrar al salón con eso, en semejante contexto. Especulo con que tal vez no me revisen, pero pienso que de todos modos estaría mal entrar con esos cuchillos, que terminar con la violencia sería tan sencillo como tomar ese tipo de decisiones, no llevar armas por más que uno sepa que no será revisado, aunque probablemente un terrorista musulmán no pensaría lo mismo. Veo dónde puedo dejar los cuchillos por ahí, pero finalmente decido subir hasta mi cuarto y ponerlos en su lugar. Voy hasta el ascensor, mientras los últimos rezagados van llegando al salón de reuniones. Ya está por comenzar el acto, pero nada más me tomará un momento dejar los cuchillos. Para hacer más rápido, pienso en trabar las puertas del ascensor mientras voy hasta el cuarto y regreso, pero tampoco me parece correcto. Tal vez el ascensor de todos modos se quede en el piso un rato. Pero no, como era de esperar, en cuanto bajo y se cierran las puertas alguien lo llama. Camino a mi habitación veo que está en el piso el ascensor de servicio. Me llama la atención que en una de sus paredes en lugar de espejo tenga un pizarrón, como si fuese un aula de escuela. Me digo que alguna vez ese ascensor habrá estado destinado a ser utilizado por la servidumbre. Ahora voy a usarlo yo, y de ese modo podré regresar más rápido. Agarro un sobre, que debo entregarle a alguien en el sexto piso. Subo al ascensor y bajo, pero algo hago mal, y el ascensor no se detiene en el piso sexto, sino que sigue hasta la planta baja. Contrariado, marco el sexto de nuevo. El ascensor ahora sube y yo pienso que de todos modos el sexto es el último piso, así que no debería haber problemas; pero pasa el piso sexto y el ascensor continúa subiendo. Oprimo entonces la tecla de detención. Creo que la botonera de este elevador no funciona como la de un ascensor normal, así que investigo un poco. Tal vez estoy oprimiendo mal los botones; o acaso sea que hay que oprimir el botón de detención justo en el momento de llegar al piso en el cual uno desea descender. Decido intentarlo, pero al tocar el botón redondo con la letra P justo cuando el ascensor está llegando, la cabina hace un extraño movimiento lateral, se desengancha de sus rieles, se detiene, las luces se apagan y queda fuera de servicio. Oprimo entonces un botón, y otro, y otro, pero ninguno responde. Es evidente que al quedar fuera de servicio el ascensor solo puede ser reactivado desde afuera. No queda más remedio que esperar. En ese momento, la imagen de este sueño se aleja, como si fuese una película, y veo la jaula del ascensor desde afuera, colgada en medio de un amplísimo hueco, con el hombre adentro, solo, que espera en medio de la oscuridad, mientras piensa que si se demoran demasiado en rescatarlo acaso algún día encuentren su cuerpo momificado allí dentro, quien sabe cuándo, y que entonces alguien se preguntará, sin poder obtener respuesta, cómo es que llegó hasta allí.

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