domingo, noviembre 29, 2009

Ajenidad

La cita es de Mario Benedetti. Dice así:

"...Los recuerdos se van borrando. A veces recuerdo el recuerdo del color, peo no el color mismo. ¿Vos te acordás de todo lo que te aconteció cuando tenías seis años? ¿No te pasa que a veces recordás algo que ocurrió, pero no como evocación directa de tu memoria, sino porque el episodio viene siendo repetidamente narrado, a través de los años, por tu madre o tu padre? Al final asumís tu papel como protagonista de esa historia contada, pero no desde el interior de ese protagonismo que alguna vez tuviste."

Esto es la extrañeza. La ajenidad respecto de uno mismo. Somos nosotros, pero al mismo tiempo somos otros. Protagonistas y espectadores al mismo tiempo. Como dicen que se preguntaba Maurice Merleau Ponty: "Cuando mis dos manos se tocan, sucede algo extraordinario: ¿Es el sujeto el que toca la mano o es la mano la que toca al sujeto?" O como decía René Magritte: "Vemos el mundo fuera de nosotros; sin embargo, la representación que tenemos del mundo está en el interior de nosotros." En el interior de nosotros -añado yo-, que estamos en el interior del mundo.

De repente me pregunto cómo podrían llegar a ser las cosas si pudiésemos ver nuestras historias, y decidir por un momento el decurso de los acontecimientos que nos tienen como protagonistas, desde fuera de nosotros mismos. Enmarcados en dicha extrañeza, en semejante ajenidad, ¿quién soportaría -William Shakespeare dixit- los reveses y las burlas del tiempo, la injusticia del opresor, el rostro del soberbio, las ansias de un amor menospreciado, la dilación de la justicia, el insolente desdén de los validos, los desaires que el mérito paciente tiene que devorar...? Ya lo sé, el Príncipe Hamlet habla de otras alternativas más drásticas y funestas que las que ahora mismo yo imagino. Pero de todos modos, acaso sería una actitud prudente de nuestra parte no ser siempre tan prudentes.

Entonces de nuevo Magritte, que me dice, impugnando eso a lo cual los hombres se han apegado a tal grado, como es el propio nombre, la propia supuesta identidad: "Ningún objeto se halla tan ligado a su nombre como para no aceptar otro que le convenga mejor". Y vale para los objetos, pero también para nosotros mismos. Pero luego viene Joan Mayans, hablando de "la proyección de la propia identidad a través de un pseudónimo que se convierte en personaje y luego en alter-ego", y no puedo entonces dejar de preguntarme: ¿Quién es entonces el que todas estas palabras escribe, mientras piensa en cómo serían las cosas si se decidiera tan sólo a hacerlas de un modo diferente a como las hace, como si en lugar de ser él mismo fuese al mismo tiempo otra persona?

Benedetti habla del pasado. Yo hablo del presente y del futuro. Hablamos los dos en definitiva de lo mismo, pues el tiempo es pura ilusión. Y sin embargo una cosa es recordar y otra pensar en cómo determinaremos lo que serán nuestros recuerdos el día de mañana.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

O sea...terminamos en purísimo Philip Dick (gaby c)

Sol dijo...

¿Son las citas que use para mi parcial las que ven mis ojos? O, como diría Magrutte: "esas no son citas"?

Pasé a chusmear tu otro blog! Saludos, Germán!

Germán A. Serain dijo...

Magritte dice cosas maravillosas.

Y yo siempre digo que aprendo mucho de mis estudiantes, y estoy seguro de que me lo habrás escuchado decir más de una vez.

Me alegra verificar, por lo demás, que este blog tiene más de un único lector, aunque quizás esto último sea esporádico. Habrá de verse. Un cariño, Solange.

Y en cuanto a vos, Gaby, nada más que agradecerte de nuevo tu habitual presencia.

Sol dijo...

Gracias, Germán!
Y si, te escuché decir eso durante toda la cursada!
Y me vas a tener por este blog y por el otro, también...me gusta husmear por estos lugares!
Para que te des una idea, me dieron ganas de abrirme un blog. No se muy bien que voy a poner pero esta experiencia que no había tenido nunca, porque suelen quedar truncas en la facultad, me ha despertado el bichito del "blogger".
Cuando lo tenga listo, te aviso!
Mil gracias por todo, Germán!
Un beso!