"No leemos a otros.
Nos leemos en ellos."
Leo la frase casi al pasar, en una noticia que habla del poeta mexicano José Emilio Pacheco, quien también dice: "Sólo se me ocurre que escribimos poesía porque es una forma de resistencia contra la barbarie". Y es por cierto una hermosa frase.
Luego pienso en los poemas que más me han llegado al alma durante lo que va de mi vida. Pienso en Mario Benedetti, en Pablo Neruda, en Alfonsina, y también en aquel terrible poema de Julia Prilutzky Farny que tanto sacudió mi conciencia y mi alma durante mi adolescencia y juventud:
Yo no soy más que un grito
Y no hay nadie.
Nadie para escuchar mi voz,ahora.
Yo no soy más que un grito,
un rostro que se mira en los relojes
y no se reconoce.
Yo soy un alarido.Yo me escucho.
Yo me oigo gritar, y nadie oye.
Así, como una fiera enloquecida
mi corazón golpea contra el muro
y un pájaro asustado
late en mis sienes otra vez.
De nuevo.
Vuelvo a leerlo, una vez más. De nuevo.
Me pregunto por qué razón este poema, precisamente.
Y me digo que yo jamás he leído a Julia Prilutzky Farny.
Pero me he leído en este poema muchas, muchas veces.
Y tal vez no sea tanto lo que sugiere de oscuro,
como el hecho de querer escapar de la barbarie.
O tal vez sea un poco de ambas cosas.
martes, noviembre 17, 2009
Un modo de resistencia contra la barbarie
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario