viernes, enero 05, 2007

Veces hay en que tan poco alcanza para


Manera sencillísima de destruir una ciudad

Se espera, escondido en el pasto,
a que una gran nube de la especie cúmulo
se sitúe sobre la ciudad aborrecida.
Se dispara entonces la flecha petrificadora,
la nube se convierte en mármol,
y el resto no merece comentario.

Julio Cortázar

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