jueves, marzo 19, 2020

Cuarentena - Día 0

CoVid-19. Oficialmente la cuarentena solamente rige para aquellas personas que hayan viajado y llegado al país hasta dos semanas atrás, o para quienes hayan tenido síntomas del coronavirus, o contacto estrecho con personas infectadas o sospechosas de estarlo. Pero en la ciudad ya hay instalado un clima que va más allá de estas regulaciones oficiales.

Ascensor. Dentro hay dos personas. Subo yo, tercer pasajero, tras un instante de duda, acaso imperceptible. Nos repartimos tres de las esquinas de la caja. Los dos sujetos que ahora me acompañan tienen rasgos inconfundiblemente orientales. Uno de ellos luce un barbijo. Ellos van al noveno piso, y yo al segundo, pero el ascensor, contrariamente a lo que su nombre sugiere, desciende hasta el subsuelo, requerido por alguien que, al abrirse las puertas, se sobresalta y duda, en su caso de manera ostensible. Sin embargo sube, pero busca mantener tanto la distancia física que su panza (era un hombre panzón) bloquea el sensor óptico de las puertas, que se resisten a cerrarse. Finalmente se baja, mientras lanza un improperio. Las puertas se cierran y el ascensor asciende, como corresponde. Le ofrezco mi mirada a uno de mis circunstanciales compañeros, pero no logro establecer contacto. Se diría que soy invisible. Las puertas del segundo piso se abren y salgo del ascensor. El pasillo está desierto. Hay un aire extraño en la ciudad, una sensación inexplicable.

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